El blando corazón del detective Wong no puede apaciguarse cuando conoce a Casie, una huérfana de su misma edad que llega a comisaría acusada de matar a su padre. A pesar de su instinto de supervivencia y de las advertencias de su compañero, está decidido a ayudarla a comenzar una nueva vida.
A veces hay que mirar hacia otro lado y dejar que los malditos estén malditos. Él tendrá que aprenderlo por las malas.